domingo, 2 de diciembre de 2018

IMBERBES Y CON MOÑOS: LÍDERES Y LIDERESAS QUE YA SON NUESTRO PRESENTE


Por Nando Vaccaro Talledo – Noviembre 2018

“La juventud no es la esperanza del mañana; es la acción de hoy, o no es nada” - José Carlos Mariátegui 

Mientras los medios de comunicación (masivos) nos bombardean con noticias truculentas y divulgan funestos hallazgos de nuestros supuestos líderes, gobernantes, representantes y demás garabatos que se hacen llamar así mismos “políticos” (por supuesto no todos porque algunos –muy pocos– sí merecen esta distinción), existe un rescoldo de esperanza a partir de acciones que propician la participación de adolescentes y jóvenes que intentan atisbar cómo funciona el mundo y cómo se podrían resolver los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad, empezando por su entorno; y lo más importante: aún no están contaminados por la ambición inescrupulosa ni el veneno radiactivo del poder (además de que en estas últimas semanas estamos teniendo ejemplos dignos a imitar, con ideales y convicciones, que están marcando un notable precedente en nuestro país en el ámbito de la justicia).

Tuve el honor de ser invitado para participar en un  congreso de líderes adolescentes, específicamente de Municipios Escolares, conformados por sus respectivos alcaldes y las diversas comisiones de regidores. Esta reunión fue constituida por iniciativa de la Institución Educativa Femenina “Isolina Baca Haz” de Chulucanas. Participaron delegaciones de diversos colegios de esta localidad, y también de La Encantada, Yapatera y Batanes. Se conformaron mesas de diálogo y se ofrecieron alocuciones sobre temas específicos, a través de profesionales que representan a entidades que se encargan de trabajar esas problemáticos, como el ministerio de Salud y la Fiscalía, y que atañen el contexto en el que viven y se interrelacionan  los adolescentes: Internet y sus efectos; embarazo adolescente y ETS; mecanismos legales de denuncias y medios de protección; rol de los municipios escolares.



En mi caso, fui convocado para dar una “charla” sobre este último tema. Pero más que una charla o exposición yo quería generar, como casi siempre lo intento si las circunstancias son factibles, un espacio de interacción recíproca con los adolescentes, que se distendieran y tuvieran la soltura para pensar, analizar, reflexionar y ofrecer sus opiniones sin sentirse intimidados o coartados por exámenes o el qué dirán, como suele suceder en las aulas. El ámbito era propicio porque se habían distribuido las mesas al aire libre, en el patio techado, y estuvimos felizmente a salvo del implacable sol. Como es previsible, al principio la mayoría de los participantes de nuestra mesa (alcaldes de sus respectivos municipios escolares, en total ocho, de los cuales dos eran mujeres) estaban tímidos, aunque expectantes. 


Quise ir más allá de aludir los criterios de sus funciones, la responsabilidad que conlleva sus cargos, etc.; es decir, de los conceptos y definiciones que seguramente ya deben conocer y haber tratado en clases. Quise mostrarles que, pese a la obstinación de los medios de comunicación y de personas insensatas que promueven el miedo y el odio (más que seguro por su incapacidad de amar), necesitamos creer en la vida, en nuestros propósitos y convicciones, en los ideales de que un mundo mejor, más justo, equitativo, honesto y solidario es posible.

Como no podía ser de otra manera, empecé comentándoles el rol preponderante de la lectura y la escritura en nuestra formación como ciudadanos, y que es el sustrato de la democracia. Si las personas no tienen estas herramientas fundamentales para participar de manera activa en la sociedad y hacer prevalecer sus derechos (y enterarse de sus deberes) entonces es un sinsentido hablar de democracia. En nuestro país, por desgracia, el panorama es aciago. Acá en Chulucanas el analfabetismo sobrepasa el 20% y en zonas del Alto Piura puede llegar hasta el 40% (Fuente INEI). Sin embargo, las personas analfabetas, carentes de estas herramientas esenciales que toda Nación que se jacte de ser una democracia participativa debe brindar, se convierten en ciudadanos a ciegas; un ejemplo claro de esto es el sufragio universal, que, lejos de ser un derecho, se impone como un deber, una coacción, porque de no sufragar se padecerá la consecuencia de una multa.

Ilustré la trascendencia que tiene la lectura con la historia de Frederick Douglas, un norteamericano de ascendencia africana, nacido esclavo, que aprendió el alfabeto gracias a la esposa de su dueño, un “blanco” adinerado. Cuando este se enteró de lo que hacía su esposa, se lo reprochó, y ella, acaso con la candidez de casi toda mujer que no entiende de guerras ni odio pero que debe someterse a estas prácticas crueles de los hombres, le preguntó qué tenía de malo enseñarle a leer al pequeño Frederick, a lo que el hombre respondió: “enseñándole a leer dejará de ser esclavo”. Al escuchar esto, el pequeño supo cuál era el camino (en su autobiografía manifestó que si no hubiera aprendido a leer, nunca habría tenido la esperanza de emanciparse). Pues bien, Frederick Douglas fue quien redactó el decreto de abolición de la esclavitud en los Estados Unidos, que luego sería firmado y refrendado por el presidente Abraham Lincoln (narrar historias breves y recordar anécdotas siempre son buenos recursos para atrapar la atención de un público; por ello, no es coincidencia que las tradiciones orales sigan tan vigentes como en tiempos remotos).

Para esa reunión había elegido a algunas personalidades, valiosos y trascendentes líderes y lideresas en la historia de la humanidad, que me parecieron fascinantes y motivadores cuando los descubrí. Así que me preparé leyendo e investigando más, sobre todo para recordar su legado en el mundo y algunas de sus locuciones más memorables. Le pedí a cada participante que leyera las frases de los personajes (había elegido cuatro o cinco de cada uno), y que interpretara y reflexionara sobre esos pensamientos, con total libertad y espontaneidad. Para no hacer muy extenso este artículo, sólo citaré una frase de cada personaje:

“La democracia es el gobierno de la gente, por la gente, para la gente” - Abraham Lincoln

“El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio- Teresa de Calcuta

“Debemos llevar a cabo un acto de bondad al azar, sin ninguna expectativa de recompensa, pero con la certeza de que un día alguien podría hacer lo mismo por uno” - Diana de Gales

“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen o su religión. La gente aprende a odiar, y si se puede aprender a odiar, también se puede enseñar a amar; el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario” – Nelson Mandela

A los que les gusta mucho la plata hay que correrlos de la política. Son un peligro. Los políticos tenemos que vivir como vive la mayoría y no como vive la minoría José Mujica

A medida que los adolescentes iban leyendo se detenían en algunas frases, o concepciones, y hacían analogías con nuestro contexto sociocultural, o con la realidad que ellos atraviesan, e iban adueñándose de lo que finalmente quise transmitirles en ese encuentro (que resultó muy corto), y que se relaciona con una estupenda significación de Howard Gardner, creador de la teoría de las Inteligencias Múltiples: “Nadie puede convertirse en un profesional exitoso si no se es buen ser humano”.   


Sostengo que en realidad no se puede ser nada bueno sino nos erigimos, educamos, y formamos como personas nobles, generosas, solidarias, evitando sucumbir con todas nuestras fuerzas a las bajas pasiones de la ambición, el derroche, el libertinaje, el poder, el odio…Y entendamos que el bien (y el mal) común también nos afecta porque somos seres sociales, no parias como los animales, sino que estamos inevitable y benditamente ligados. Es decir, no solo vivimos puertas para dentro, sino –y más que nada– puertas para fuera. Vivimos y convivimos en una interacción constante, ahora más en la era digital, donde la acción de alguien repercute en todos. Por eso el pensador argentino José Ingenieros decía: “Bastaría saber que mientras uno trabaja para todos, todos están trabajando para uno”. En ese sentido, es imprescindible involucrarnos en aspectos sociales y políticos (a propósito, hace unos meses publiqué el artículo “Involucramiento Social”: https://lapalabrabrota.blogspot.com/2018/04/involucramiento-social.html
Debemos desterrar de una vez por todas la falsa idea y los prejuicios que nos han endilgado y nos hacen creer que la política es cosa mala y solo está destinada para unos cuantos.



Es cierto que unos cuantos corruptos, viles y despreciables han provocado que la política sea vista con rechazo; pero, lejos de ser algo repulsivo, la acción política, la participación social, es una de las más nobles y necesarias acciones que podemos realizar como seres humanos y ciudadanos; no es requisito llegar a ser funcionarios para hacer política, solo basta tomar conciencia de que es el camino para vivir mejor en sociedad, que hay diferentes problemáticas que podemos abordar y encontrarles solución de manera directa o indirecta, teniendo injerencia en nuestra comunidad o a través de una organización civil.

Estoy convencido, por el brillo de sus ojos, por la inocencia de sus sonrisas, por la paciencia que tuvieron, por el grado de atención, por la participación y posteriormente por la exposición que realizaron, que los jóvenes, con quienes tuve el alto honor de compartir hace unos días la mesa de diálogo sobre municipios escolares, han incorporado una visión más amplia, han asimilado y discernido que los libros y la lectura pueden cambiar vidas y hasta la historia de un país, y que desde ahora son ciudadanos, que no hace falta que cumplan la edad mínima para votar en elecciones públicas oficiales puesto que, en definitiva,  han comprendido que la política es un servicio; y lo que más dicha me ha dado es percibir que ahora ya tienen la semilla de la convicción, indispensable para que ese gran árbol de posibilidades en el que cada uno puede convertirse, lejos de crecer torcido, sea un árbol de incontables frutos y ofrezca sombra y alegría a muchas personas.




sábado, 17 de noviembre de 2018

UN SISTEMA EDUCATIVO SIN EMOCIONES NI MOTIVACIÓN


Por Nando Vaccaro Talledo – Noviembre del 2018



A propósito de un artículo anterior que publiqué (“Todo tiene su tiempo y su momento”), mi amigo, el Dr. Eduardo Granda Córdova, manifestó lo siguiente: “Interesante artículo; sin embargo, la edad de inicio sexual en el Perú oscila entre los 11 y 14 años y el embarazo adolescente es una realidad (que duele) y que va en aumento. Ante esta situación ¿Cuál sería tu propuesta como educador?”
Aprovecho para agradecerle a Eduardo por leer el artículo en mi blog, y por propiciar un encuentro dialéctico, reflexivo y analítico, pues esa es la intención de este espacio. Además, ha generado un nuevo artículo.

LAS TRAMPAS DEL PROPIO ESTADO PERUANO: en efecto, el embarazo adolescente es una de las tantas "realidades" en nuestro país, entre otros problemas sociales que nos abruman a diario, y que son expuestos por los medios de comunicación cuando hay un caso llamativo (por no decir morboso), pero sin un tratamiento a fondo ni constante por parte de los mismos medios y de las autoridades e instituciones competentes, lo que en gran medida explica por qué no hay cambios positivos notorios de esta y otras vicisitudes: pobreza, analfabetismo, burocracia, narcotráfico, informalidad (en todos los ámbitos), etc.


La situación del Estado Peruano es lamentable, inconsecuente, y los sectores fundamentales, salud y educación, son los más golpeados y corroídos. Desde los nombramientos indiscriminados y el posicionamiento de personas con títulos y currículos dudosos, hasta los malos tratos, la inercia diaria, la mediocridad y falta de visión colectiva; así como también caer en la inercia de hacer las cosas por cumplir, para salir del paso, el conformismo, la negligencia, la insensibilidad son otros de los tantos males que nos aquejan como individuos y carcomen a la sociedad. Por supuesto que aquellos que no pertenecen al sector público tampoco están exentos de estas deformaciones; pero en aquél está más arraigado.


INICIO SEXUAL A TEMPRANA EDAD: en cuanto al tema del artículo anterior, es cierto, no podemos negar que el inicio sexual de los adolescentes fluctúa, por lo general, entre esas edades que menciona el Dr. Granda, situación que no se ha originado en nuestro tiempo sino que casi siempre ha sido así (sobre todo para los hombres, quienes podían tener sus enamoradas adolescentes y todavía no tener encuentros íntimos con ellas, pero buscaban la forma de iniciarse sexualmente, ya sea con mujeres adultas o en burdeles).


Sin embargo, hoy se ve más potenciado (el inicio sexual) por los estímulos visuales y auditivos a los que están expuestos los y las adolescentes, desde canciones que hablan solo de sexo y contenido en la televisión e internet muy sugestivo, que dan como consecuencia no solo embarazos precoces sino múltiples enfermedades de transmisión sexual y afecciones a la salud mental y emocional (pero también porque los niños, adolescentes y jóvenes no tienen espacios sociales para expresar y desarrollar sus potencialidades; porque, por lo general, ir al colegio es una obligación muchas veces tortuosa; porque la educación no necesariamente favorece la movilidad social –pero sí la corrupción–; porque recién cuando terminan el colegio deben elegir una carrera u oficio, descubrir su vocación, conocer el mundo, como si hubieran estado encapsulados toda la etapa escolar; porque casi nadie se pone en sus zapatos, ni los comprende, ni entiende sus cambios fisiológicos, hormonales, sus necesidades, sus dudas, sus emociones…en fin; solo nos limitamos a culparlos pero no somos capaces de ofrecerles alternativas ni soluciones).


Debemos recordar, también, que no en todos los casos se "enciende" la libido a tan temprana edad; dependerá de los factores externos y ambientales, del proceso hormonal y la canalización de estímulos de cada adolescente. No obstante, para todos los casos, hay algo crucial: la educación como sistema no está cumpliendo un verdadero rol preventivo, sensibilizador y menos motivador.

EL ENTORNO EDUCATIVO: UN REFUGIO SIN EMOCIONES NI MOTIVACIÓN: La mayoría de niños y adolescentes ven el colegio, las clases y todo lo relacionado con el entorno académico como una obligación, una exigencia, una opresión, y no como un ecosistema armonioso para encontrarse a sí mismos y encontrar sus talentos, un escenario que los ayude a descubrir sus vocaciones, expresar sus emociones, sus sentimientos; es decir, para ser felices. Esto también explica, en gran medida, que el acercamiento a los libros, el arte y la cultura cueste tanto, porque no hay una orientación adecuada para relacionar la lectura con pasar un momento agradable, experimentar emociones y sentirse bien (algo que intento hacer desde la biblioteca municipal de Chulucanas).

Entonces, en una especie de rebelión a las imposiciones, de romper las cadenas de la opresión, de huir a ese “acuartelamiento” a que son sometidos en interminables horas de clases inertes, de no sentirse escuchados ni comprendidos, el reggaetón, las bebidas, las fiestas, el alcohol, las malas juntas, los videojuegos y por supuesto el sexo son más que una tentación, porque se convierten en un escape a la enajenación y alienación en que viven.

Si el sistema educativo, y por supuesto la familia y otros entornos, se enfocaran más en las emociones, en alentar las ganas de ir concretando sueños en lugar de frustrarlos con exámenes memorísticos; si, en definitiva, los adolescentes fueran motivados y desarrollaran su propia capacidad de explorar sus talentos y crecer con sus convicciones, estoy seguro que tendrían otra visión de la vida, madurarían más rápido y no caerían en tentación tan fácilmente; sin duda, se sentirían con seguridad y confianza para comunicarse, preguntar y saber elegir (incluso si tuvieran que elegir métodos anticonceptivos).

No digo que no deban salir a reuniones o fiestas, o empezar a tomar bebidas a una edad apropiada, o tener acercamientos exploratorios previos a las relaciones sexuales (tampoco se trata de ir contra la corriente ni reprimir “nuestro lado más instintivo”, pero sí de guiarlo a través de la razón y la educación para que puedan tomar mejores decisiones). Creo que si seguimos “educando” a los niños y adolescentes como si fueran máquinas para procesar información, para dar exámenes censales, coartados todo el tiempo, sin afecto, contención ni empatía, lo más probable es que todas las nefastas cifras sigan incrementándose. Debemos dejar de ver a los niños y adolescentes como una porción estadística, como números e indicadores y acercarnos al ser humano que habita en cada uno de ellos.



jueves, 18 de octubre de 2018

COMENTARIO Y ANÁLISIS DE LA OBRA “LA CASA DE LOS CACHORROS” DE DAVID ARCE M.


Por Nando Vaccaro Talledo – Octubre del 2018

Desde que acudimos al encuentro de su primer libro de relatos titulado Cuentos para Eva, ya podíamos atisbar en el escritor chulucanense David Arce los enormes recursos literarios, las construcciones semióticas vigorosas y la edificación de personajes entrañables. A diferencia de ese libro, La casa de los Cachorros es una obra que nos sitúa en un mismo universo, y Chulucanas es el escenario de una distopía literaria, una recreación a partir de las anécdotas, los recuerdos,  inmortalizados por los encantos de una prosa mágica y poética. 

Esta obra, para utilizar términos de Gabriel García Márquez (GGM), tiene una “estructura, tono, estilo, ritmo y longitud” que la hacen fraguar como cuentos perdurables, aunque también podría ser leída como un todo (una novela en capítulos). Esa es una notable particularidad de La casa de los Cachorros: su cohesión y ligazón interna. Podemos empezar en el orden lógico en que se sitúa cada relato en el libro (desde el primer cuento), y de ahí continuar hasta el final; pero también podríamos leerlo intercalado, salteado, como mejor nos sugestione cada título, y al final el encanto, el gusto y la intensidad no se pierden.


En cuanto a la técnica de narración, los personajes están muy bien logrados: sus matices y diálogos, las voces propias, con sus respectivos acentos, términos vernaculares y sonidos onomatopéyicos característicos. Asimismo, se observa la aplicación en varios relatos de “vasos comunicantes”, es decir historias y descripciones que se van desplegando en paralelo. Incluso muchos cuentos tienen enlace con sus antecesores; tal es el caso, verbigracia, de “La muerte de Jorge El Cachorro Seminario” con “La noche de los gatos jóvenes”.

La mayoría de las narraciones refieren a los diversos personajes, y éstas se sitúan en un momento crucial de sus vidas, pero conectados irremisiblemente los personajes entre sí, como un gran árbol genealógico de una comunidad que está unida no solo por la sangre, sino por algo más crucial: las costumbres, los prejuicios, las creencias y un destino que parece inexorable. David Arce en La casa de los Cachorros reinventa en la ficción la historia de Chulucanas desde los albores del siglo XX, una comunidad que ya no era una aldea tan remota y reciente como el Macondo de GGM, pero que sin duda tienen similitudes que las relacionan.

Las grandes amistades, los lazos de consanguineidad, los incestos, las creencias, los prejuicios, entre otros rasgos culturales propios de estas latitudes son experimentados lo mismo por los Buendía de “Gabo” como por los Seminario de David. Es inevitable evocar a García Márquez porque es el abanderado del Realismo Mágico en Latinoamérica; sin embargo, eso no le quita mérito alguno a David Arce. Por el contrario, es un logro extraordinario visualizar los matices del premio Nobel colombiano en la obra que nos ofrece nuestro escritor chulucanense.

Y si hablamos de influencias, o acaso de reverencias a los grandes maestros que han forjado la pluma de Arce, encontramos la destreza y precisión de Cortázar, a través de las voces internas de los personajes y sus desdoblamientos; así también está presente (además de haberlo recreado como personaje en uno de los cuentos) Mario Vargas Llosa, el más prolífico y universal de nuestros escritores de ficción. De él podemos observar los vasos comunicantes, los diálogos interiores y los paralelismos.

Debemos recordar que cuando leemos literatura se establece una “complicidad” entre el autor y el lector. Por lo tanto, si bien puede haber elementos de la “realidad real”, como el nombre del pueblo, los personajes y otros indicadores, una obra de ficción, sea novela, cuento, poesía o dramaturgia, es una invención, la creación de un universo que solo acontece en el texto (cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia).

Finalmente, ¿por qué leer La casa de los cachorros? Pues para encontrarnos a nosotros mismos, para vernos representados por personajes que bien podríamos ser nosotros o alguno de nuestros amigos o familiares; para recrearnos y reivindicarnos a través del lenguaje, la imaginación y los delirios de nuestra cultura; para viajar, para encontrarnos entre líneas con aquellos seres que podrían ser de carne de hueso y que aún no conocemos; para sentir lo que la vida efímera y austera no nos permite a diario. Para todo eso y por mucho más, La casa de los Cachorros es una obra que dejará una impronta indeleble en la literatura peruana.


jueves, 4 de octubre de 2018

TODO TIENE SU TIEMPO Y SU MOMENTO


Por Nando Vaccaro Talledo

EN EL MARCO DEL DÍA CENTRAL (25 DE SEPTIEMBRE) DE LA PREVENCIÓN DEL EMBARAZO  ADOLESCENTE – Encuentro con adolescentes en el Teatro Municipal de Chulucanas (2018)

¿Por qué estamos hoy reunidos y reunidas?


Por supuesto que lo saben, lo sabemos; pero más allá de los aspectos preventivos y la búsqueda de sensibilización, las dudas anticonceptivas y la información y consultas que se requieran, que serán explicadas con toda la pericia de nuestras amigas enfermeras y obstetras, los invito a que reflexionemos respecto a lo siguiente.

Hoy nos hemos congregado para recordar que somos personas con nuestros propios sueños. Alguna vez fuimos el sueño que soñaron nuestros padres y hoy somos nosotros y nuestros anhelos y esperanzas, con muchos retos que superar pero también con muchas conquistas que realizar.

Un hijo es y será siempre una bendición; nadie puede dudar de ello. Sin embargo, todo tiene su tiempo y su momento en la vida. Hoy es tiempo de ustedes, de conocerse más para dejar aflorar sus virtudes; es momento de tomar verdaderamente conciencia de la existencia, de la propia individualidad, y que depende de cada uno de ustedes empezar a forjar un gran destino, en el que se vislumbra, desde luego, el sueño de contar con la dicha y la responsabilidad de tener, dentro de algún tiempo, un ser humano su cargo, es decir ser padres (pero padres conscientes).

Para arribar a ese estadio primero se debe mirar hacia dentro, en un proceso constante de autodescubrimiento y evolución. En este proceso, una verdadera aventura por cierto, puesto que actualmente se está más pendiente de los demás que de saber qué queremos para nuestras vidas, hallaremos el cofre de nuestros talentos, con el cual debemos ser cautelosos, abrirlo con cuidado y empezar a labrar en ellos, esculpir cada paso que demos, convertirnos en artistas de nuestra propia vida y fraguar el sendero que queremos recorrer. Todos tenemos algo grandioso para realizar en la Tierra, y de esa manera honrar la dicha de estar vivos. Recordemos que no ha sido fácil para la mayoría, que muchos se han quedado en el camino, a medio vivir, e incluso también hay casos en los que ni siquiera pudieron ver la luz del sol.

Cuando se precipita la llegada de un nuevo ser es más que probable que se experimente temor y hasta frustración, porque no se abrió ni exploró el cofre del cual hablábamos y por lo tanto no se empezó a erigir los sueños propios. Y resulta más complejo ofrecer tiempo, cariño, atención y comprensión a un hijo cuando aún nuestros anhelos no han sido logrados; o por lo menos cuando ni siquiera se ha intentado.

Todo tiene su tiempo y su momento. Resulta imprescindible recordarlo. Deben estar alertas para que no les gane el ímpetu pasional, los impulsos de hormonas alborotadas, los arrebatos de un deseo pasajero y efímero que puede convertirse en un sueño muy apresurado, y por lo mismo más en un tormento que en una alegría.

Suele ser un pecado de juventud, y más de adolescencia, confundir el verdadero amor con la dicha momentánea. El verdadero amor es recíproco, respetuoso, preocupado y requiere comprensión y madurez; requisitos imprescindibles para que el sueño de una nueva vida germine en el mejor de los escenarios, aun si se tuvieran que sortear vicisitudes económicas.

Todo tiene su tiempo y su momento. Y es tiempo de que empiecen a crecer y desarrollarse como personas, para que la magia de la paternidad y la maternidad llegue en el momento correcto.








viernes, 7 de septiembre de 2018

EDUCACIÓN EMOCIONAL

Por Nando Vaccaro Talledo – septiembre 2018


El gran reto y desafío que tenemos quienes estamos involucrados con en la educación y cultura es seguir trabajando y dedicando nuestro mayor esfuerzo para motivar a los niños, adolescentes y jóvenes de nuestra comunidad. En ese sentido, necesitamos acercarnos más al ser humano que está detrás de cada estudiante, a su verdadera esencia, y no atiborrarlos de información como si se tratara de máquinas de almacenamiento; para eso están los robots y las computadoras.

Las personas necesitan que las escuchemos, que las comprendamos, que les hagamos saber lo importante e imprescindible que son porque el mundo no sería lo mismo sin ellas. Las máquinas no necesitan esto; ni ser comprendidas o escuchadas, y se las puede recargar de información. A las personas, a los seres humanos, no.

Sin embargo, pareciera que los encargados de hacer los lineamientos pedagógicos no toman demasiado en consideración aspectos emocionales y sensitivos de los estudiantes, ajustando objetivos a lo meramente cognitivo, y a veces ni eso, porque diera la impresión que los propósitos están focalizados en cumplir con las pruebas censales y evitar desbarrancarse en las estadísticas.

Cumplir, trabajar por compromiso y obligación y no por dedicación, con entrega y menos por pasión. Es nuestra realidad y forma parte intrínseca, lamentablemente, de nuestra idiosincrasia. Pero también es cierto que la situación de la mayoría de los docentes es precaria, ardua y muchas veces heroica. La remuneración que reciben no es recíproca al trabajo que realizan y el contexto de trabajo es duro por las condiciones edilicias, por el desgaste físico y mental y la escasa motivación. Sumado a ello, también hay que decirlo, muchos alumnos están sometidos a circunstancias que no favorecen a su desarrollo, como la mala alimentación, distancias enormes para llegar a los colegios, un entorno familiar carente de educación, incapaces por ello de acompañar los procesos formativos, entre otros aspectos.

En ese sentido, esperemos que se cumplan los compromisos asumidos por el gobierno, y que de manera gradual, y por supuesto justa, se incrementen y nivelen los salarios, amén de acondicionar mejor los programas sociales, así como la infraestructura y equipamiento de los colegios. Con lo anterior tendremos docentes con ingresos más decentes, y por lo tanto con un nivel mayor de entusiasmo. Y ahora, ¿cómo entusiasmamos y motivamos a los estudiantes?

En una entrevista realizada en el diario El Norte de España, Begoña Ibarrola, especialista en educación emocional, señaló: “en un futuro muy cercano el profesor ya no va a impartir conocimientos, va a ser una especie de entrenador del alumno que le ayude a desarrollar sus potenciales y dar lo mejor de sí para el mundo”. Asimismo, manifestó que los conocimientos no transforman a nadie (solo aumentan la información), y lo que realmente transforma es la experiencia y las emociones; por eso, “un buen profesor, con sensibilidad, te puede cambiar la vida”.



Dentro de los valiosos aportes conceptuales de Ibarrola a la Educación Emocional, citaremos los siguientes:

-     “Un alumno puede ser brillante, pero si no sabe controlar sus nervios se queda en blanco”.
-      “En los temas de agresividad hay que tener en cuenta que la formación en valores es como una herramienta básica que los padres deben dar a sus hijos desde que son pequeños”.
-      “Si el ser humano no desarrolla la educación emocional no está completo. Este tipo de inteligencia influye en todas las áreas”.
        “Las competencias más importantes son las interpersonales e intrapersonales”.
-     “Un mal profesor sin educación emocional puede arruinarte la vida y, en cambio, un buen profesor con sensibilidad te la puede cambiar”.
-     “El desarrollo de las competencias emocionales es un factor de prevención de las adicciones, del acoso escolar  o bullying, mejora la autoestima y la salud mental en general”.

   Por su parte, Rafael Bisquerra, catedrático de la Universidad de Barcelona e impulsor de las Jornadas de Educación Emocional (JEE) concibe la educación emocional como un proceso continuo y permanente, y se debe buscar el desarrollo de la inteligencia emocional en simbiosis con los procesos cognitivos.


Es importante darnos cuenta que no se trata de desvalorizar la enseñanza académica e intelectual, sino de comprender que nacemos con emociones, que llevamos en nuestros genes cierto tipo de características que perfilan nuestro carácter, y que por lo mismo debemos saber orientar, escuchar y brindar las herramientas a los alumnos para que, por un lado se conozcan mejor a sí mismos (habilidad intrapersonal) y, por otro, se comuniquen mejor y convivan en armonía con los demás (habilidades interpersonales); solo de esta manera las capacidades académicas, las vocaciones y la inteligencia cognitiva encontrarán tierra fértil para la formación, no solo de alumnos brillantes y talentos sino, y sobre todo, de grandes seres humanos.  




martes, 7 de agosto de 2018

Las sombras ocultas de Antonio Zeta (reseña del libro "Lo que las sombras ocultan")

Por Nando Vaccaro Talledo 


El primer relato, La muerte que habito, inicia con un contundente y premonitorio epígrafe de Arthur Rimbaud: “Yo me creo en el infierno, luego estoy en él” (inevitable reminiscencia al planteamiento cartesiano “Pienso, luego existo”). Y así como en la fe, para que el universo fantástico tenga sentido primero debemos creer en él, aceptar su naturaleza, sus dogmas y estigmas.

Aunque pertenecen a géneros emparentados (misterio, terror), los relatos de Antonio Zeta en Lo que las sombras ocultan (12 cuentos en total) son diversos en cuanto a las tramas, los contextos e incluso las voces y tiempos de la narración. Nuestro escritor exhibe destreza en la recreación del suspenso, el manejo correcto de los diálogos y las construcciones simbólicas, como en el caso de Café Celada. La caída de Allan Poe, con frases como “su boca estaba preñada de silencio”, que llevan inmersas nuevas proyecciones connotativas del lenguaje.

Las impresiones y experiencias a las que asistimos como lectores son múltiples: un sobreviviente cercenado y tenido en cautiverio por criaturas de una dimensión inefable; un amor clandestino y la traición ajusticiada; mitos que cobran vida; un escritor tomado por sus propios versos; una visita familiar a Chulucanas y la búsqueda de una mascota perdida terminan en un macabro hallazgo; la obsesión por las mariposas; una viuda rutinaria se queda dormida en medio del evangelio en la Catedral y, al despertar, el demonio y la hoguera lo consumen todo; una sombra, un fantasma, un alma en pena recorre los últimos días de su existencia.

Diversos los escenarios, los contextos, los sucesos urdidos en estos relatos que irrumpen la monotonía y nos hacen prisioneros, tanto en la vigilia como en el sueño; nos sobrecogemos como humanos y es inevitable que afloren nuestras supersticiones, temores y flaquezas. Se apodera de nosotros el más ancestral de nuestros perseguidores: el miedo; pero acaso, paradójicamente, el único aliado que nos alerta en situaciones de peligro. En este caso, el verdadero peligro radica en no leer el libro de Antonio Zeta y  perdernos la oportunidad de ingresar a su universo de historias, de reconocernos en ellas a través de los personajes, de sus emociones y sensaciones.




miércoles, 25 de julio de 2018

VOLVER A LA PATRIA PARA SER MEJORES


Por Nando Vaccaro Talledo – Julio 2018


Hace varias semanas circuló en redes sociales una hermosa canción, en tono de trova, cuyo título es, a juzgar por el coro, “Me fui”, cantada por una joven venezolana casi a capela, acompañada con un coro de sus compatriotas en alguna plaza de Lima, reflexionando sobre lo duro que es emigrar, y más en la coyuntura sociopolítica en la que se encuentran (en videos subidos a YouTube corroboran el título de la canción y el nombre de la intérprete es Reymar Perdomo).


Esto me lleva a pensar y recordar que alguna vez yo también fui emigrante; y antes lo fue mi madre, ella sí en situaciones angustiantes, a mediados de los 90, cuando el sueldo mínimo en el Perú apenas si llegaba a los 200 soles, y el contexto de las mujeres en nuestro país era de mayor sometimiento y maltrato que hoy.  

Con respecto a los amigos venezolanos (y digo bien amigos porque no conozco a nadie que no conozca al menos a un ciudadano de Venezuela que haya llegado a nuestro país escapando de la escasez, el autoritarismo y la falta de oportunidades), como dice parte de esa bella canción, realmente están pasando un trance social y político terrible, sin vislumbrar aún fecha de cambio. Dejar el país de nacimiento, y en esas circunstancias, no solo significa salir de un territorio, sino desprenderse de todo aquello que ha rodeado a una persona desde que nació: los amigos y la familia, la escuela y los lugares de encuentro, la comida y la música, las costumbres y el deporte…


Y cuando vemos o nos enteramos de que hay peruanos mal hospitalarios, que por un obtuso sentido de patriotismo (que en verdad no es otra cosa que resentimiento, envidia, falta de educación) maltratan y se burlan de nuestros hermanos venezolanos, entonces entendemos que aún no hemos avanzado como país y como sociedad, porque para desarrollarnos debemos ser buenos anfitriones, tender la mano a los amigos y entender la situación difícil que atraviesan (eso que en el diccionario se denomina empatía y solidaridad). 





Por supuesto que si hubiera alguien que transgrediese las normas y leyes, pues deberá ser procesado y juzgado por sus actos (y no hablo solo de venezolanos, sino de personas de cualquier otro país y por supuesto también “de los nuestros”); pero, en general, si hay mujeres y hombres que buscan un lugar para rehacer su vida, y su elección ha sido nuestro país, tengan por seguro que darán lo mejor de sí, trabajarán con muchas ganas y dedicación, no solo por el pan sino por el honor y la dignidad, porque en el fondo quieren reivindicarse a sí mismos y estar listos para cuando haya que regresar a su patria y reconstruirla.


Alguna vez estando en Argentina (residí ocho años en aquel país) me preguntaba, pero todavía sin demasiada consciencia social, por qué miles y miles de compatriotas debíamos abandonar nuestra nación en busca de mejores oportunidades, si lo primero que hacíamos al hablar con otras personas era vanagloriarnos del hermoso país que tenemos, de su costa, sierra y selva, de ser lo primero en esto y aquello, de la materia prima, de la gastronomía, de sus playas, de…en fin, de todo lo que sabemos que tiene nuestro país. ¿Por qué, entonces, teniendo todo lo que tenemos, no logramos prosperar en nuestra tierra y en nuestro propio entorno cultural? En ese entonces no lo entendía muy bien, pero hoy tengo claro, esencialmente, dos cosas: primero, que en Argentina siempre me trataron como en casa, que es un país que admiro y respeto, al cual estaré eternamente agradecido, y donde sé que siempre podré volver; segundo, que necesitaba regresar a mi nación, entenderla mejor, empaparme de su cultura y bondades, pero también de sus problemas y vicisitudes.


Y acá estoy, en Chulucanas, apostando con mi tiempo y mi familia al crecimiento de esta tierra de mis ancestros, colaborando con diversas causas sociales, promoviendo la paz desde la toma de conciencia, sensibilizando para que entendamos de una vez que la grandeza de un país no solo está en su materia prima sino en el involucramiento de su gente, en su grado de participación y cooperación entre sí. Y en ese sentido resulta imprescindible tendernos la mano entre peruanos y hermanos de otras naciones.




COLOFÓN: Origen de la palabra “patria”:
Patria es el país y la sociedad en que hemos nacido o aquella que hemos adoptado como propia. La palabra proviene del adjetivo latino patrius ‘relativo al padre’. El italiano parece haber sido la primera lengua romance que incorporó patria en su sentido actual, puesto que el primer registro conocido es de Dante Alighieri. Posteriormente, esta denotación fue adquirida por el francés patrie, antes de llegar al español hacia el siglo XIV.